La segunda expedición ecuatoriana a la Antártida, realizada entre diciembre de 1989 y marzo de 1990, en la que tuve el honor de participar en representación de la ESPOL, tuvo para mí un especial significado personal y profesional.

En 1990, además de la conducción de proyectos de investigación ejecutados por científicos de diferentes países, se inauguró el primer módulo de la Estación Científica “Pedro Vicente Maldonado” en la Antártida, la misma que en la actualidad, una vez ampliadas sus instalaciones físicas, proporciona una adecuada habitabilidad para que nuevos investigadores de nuestro país y del mundo continúen realizando importantes proyectos científicos en beneficio de la sociedad.

Durante esta expedición, por mi formación de M.Sc. en Oceanografía y Profesor de ESPOL, ejecute el Proyecto de investigación de mi autoría: “ESTUDIO DE CORRIENTES MARINAS EN LA BAHIA CHILE” (Bahía Discovery, Antártica), cuyos resultados fueron incluidos en el ACTA ANTARTICA ECUATORIANA , Publicación PROANTEC Año 2 – Volumen 1, 1990. Este proyecto constituyó un aporte, un granito de arena, para que el Ecuador sea finalmente aceptado por consenso como Miembro Consultivo del Tratado Antártico, en noviembre de 1990.

A partir del 1990, con la nueva categoría jurídica dentro de ese Tratado, el Ecuador ha venido desarrollando con éxito nuevas expediciones a la Antártida y ha continuado las actividades de investigación y construcción de los demás módulos de lo que hoy es la base ecuatoriana ‘PEDRO VICENTE MALDONADO”.

Además de las actividades científicas programadas para la expedición a bordo del BAE ORION , Buque de investigación de la Armada del Ecuador, se realizaron una serie de eventos grupales de integración con la tripulación y los expertos científicos, que hicieron la travesía, iniciada en Diciembre de 1989 y culminada en marzo de 1990, más interesante, divertida y llevadera.

Para relatar las innumerables anécdotas vividas durante el viaje se necesitaría más de un libro, por lo que me permito contar solo una de ellas relacionada con el deporte más popular del planeta, el FUTBOL, y las diversas manifestaciones y reacciones del personal a bordo debido a su afinidad con los equipos de futbol que participaban en esa época en nuestro Campeonato Nacional.

Antes de iniciar la navegación me propuse, como hincha del equipo más popular del Ecuador, hacer flamear su bandera en territorio Antártico y de esta manera hacer de mi equipo también, IDOLO EN LA ANTARTIDA. Para cumplir con mi objetivo lleve en mi equipaje una bandera del

Barcelona S.C. Al ser conocido este detalle y mi objetivo, se originó cierto malestar en algunos del personal a bordo, a pesar de que la tripulación era mayoritariamente barcelonista, pues mostraron cierta resistencia, especialmente los hinchas de otros equipos como Nacional, Emelec, Aucas, para que cumpla mi propósito.

La situación generada me hizo extremar cuidados para evitar que se me sustraigan la bandera, tal y como me habían amenazado parte de los hinchas de los otros equipos que se encontraban a bordo, por tal razón debía ponerla a buen recaudo e inclusive dormir con ella para evitar perderla.

La noticia de mi bandera a bordo del ORION, llego a oídos del Geólogo Francisco Rada, también representante de la ESPOL, pero hincha de Emelec, que también había llevado un banderín de ese equipo con la idea de colocárselo en la cabeza de un pingüino; la apuesta de quien flameaba la bandera o colocaba el banderín en el cuello de un pingüino se estableció y paso a ser parte de la expedición.

Aprovechando que el primer y segundo Comandante del Orión, en la II Expedición, eran hinchas de Barcelona, solicite su apoyo y de esta manera, cerca de la inauguración del primer módulo de lo que hoy es la Estación Pedro Vicente Maldonado, pude desplegar con la ayuda del Sgto. Espinal, la Bandera del Ídolo de Ecuador, BARCELONA! haciéndolo desde Febrero de 1990, también IDOLO EN LA ANTARTIDA.

Para la posteridad!